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editorial
Estimados colegiados: Parece ser que estamos inmersos en una “reforma educativa” a la que vemos con una absoluta desconfianza, quizás por haber pasado y sufrido más de una. ¿Qué se va a reformar? En principio las titulaciones. ¿Cómo se van a reformar? Parece ser que según los criterios aceptados por todos los miembros de la Unión Europea reunidos en Bolonia. Hasta aquí parecía estar claro. Sin embargo, al reformar las titulaciones nos encontramos con la situación de que según la ley de autonomía universitaria cada universidad ofrecerá su tipo de titulación, la cual, sin más control que el haber pasado por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) -totalmente desbordada- y sin más reconocimiento que el del propio gobierno autonómico; se pondrá a disposición de nuestros estudiantes. Y que sea lo que Dios quiera.
Por primera vez, todos los colegios profesionales hemos dejado claro lo que solicitamos de un titulado para otorgarle la acreditación profesional
Como absoluta defensa aducen que estos titulados se colocarán según “la demanda del mercado” y todo ello con una supuesta movilidad de titulados en la cual es más fácil que vengan a que vayamos. Por primera vez, todos los colegios profesionales hemos dejado claro lo que solicitamos de un titulado para otorgarle la acreditación profesional, pero observamos los cambalaches, maquillajes y tramperías que algunas de nuestras escuelas, tradicionales o no, están realizando para al final, como el Príncipe de Salina reconoce en el Gatopardo, cambiar algo para que todo siga igual. Y todo esto sabiendo que necesitamos una reforma y modernización de nuestro sistema educativo actual que nos saque de esas listas de los peores educados de Europa. Con ciudadanos educados se pueden obtener médicos, licenciados, ingenieros y cualquier otro título necesario. Si no apaga y vámonos.
María Cruz Díaz Álvarez Decana del Colegio
[ mundo del agrónomo ]
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