Revista santo&seña. Edición 2.

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santo&seña

ISSN 2027-6966

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obras más profundas. Logró describir con sensibilidad humanista a la obrera, al soldado, al esclavo, a Chaplin. Sus relatos conforman la columna vertebral de los humillados y explotados de la sociedad. El texto es prosa pero la poesía campea. Escuchémoslo: Sigue besando tu dolor tallado en carne, para que el hijo que aguardas no traiga las manos dóciles a la súplica baldía de consuelos, sino crispadas para la hora roja de la venganza, que habrá de ensanchar el cuadrilátero de tu existencia limitada, o el siguiente aparte: Amos de A m é r i c a … C a p a t a c e s d e Colombia…Sanguijuelas de smoking: Reíd e ironizad ahora, porque mañana… ¡Quién sabe...! Las manos que reparten la simiente pueden también recolectar cabezas. Sin llegar al panfleto, con Vértebras, 22 años de edad y finalizando la década de los años 30, logra esbozar una obra contundente de periodismo, crónica y poesía. Desde muy joven ofició en el mundo de la cultura, en contacto con los intelectuales de la época. Artículos suyos en los diarios El Tiempo, El Espectador, El Occidente de Cali, lo hacen referente importante de la cultura quindiana, abrumada en aquel tiempo por el centralismo del departamento de Caldas. 12

Panoramas del hombre y del estilo En Panoramas del hombre y del estilo, aborda a destacados cultores del arte mundial: Nietzsche, Zweig, Kafka, Stendhal, Bécquer, Barba Jacob, Rembrandt, Van Gogh, entre otros. La crítica expresó: más que un libro de ensayos es un volumen de prosas bellas, líricas, donde el autor sabe encantarnos con la frescura de su estilo y la suave y acertada exposición de las ideas. Ensayos cortos pero llenos de fortaleza narrativa. En el texto sobre Bécquer, se aprecia su estilo: La tarde es talvez el escenario que mejor conviene para leer y recordar a Bécquer. Hay poetas que necesitan como fondo de su vida y de su obra el sol brusco de un día de verano o la oscuridad martillada de espectros de una noche infernal. Otros en cambio, como Bécquer, sólo piden quedar encuadrados en el marco de la tarde, cuando las golondrinas escudriñan la pupila muerta de las ventanas y los jazmines encienden sus pebeteros de magia. Vaguedad de los días En Vaguedad de los días, último libro de ensayos, continúa con mayor madurez acercándose a las historias, tratando de dejar con ellas rasgos en la memoria de los lectores. En Croquis para un recuerdo de Luis Tejada, dedicado a Adel López Gómez: Amurallado en el silencio de su cuarto, únicamente acompañado y asistido por la abnegación indisoluble de Julieta Gaviria, su esposa y confidente, Luis Tejada cerró los ojos como si fueran las páginas de un libro y se Jorge Hernando Delgado Cáceres durmió en las rodillas Director de la Fundación Cineclub El de la muerte que ya Mohán. Ha publicado diver sas hacía una semana investigaciones de carácter histórico con el fin de convertirlas en guiones para había llegado al video. Ha realizado Exposiciones Itinerantes. puerto en el último tren del verano.

Hélices de angustia En poesía, su obra ha sido reconocida y estudiada: Hélices de angustia (1945); Canciones para Emma (1955); La soledad reciente (1972), además de poemas publicados en revistas y periódicos. El libro Hélices de angustia, lo conservo con dedicatoria a mi abuelo: Estos poemas nacidos en la frontera de la emoción y la sangre. Allí encontré: Mujer que perdiste el nombre una tarde en que jugábamos a los poemas y los besos sobre la yerba tostada del verano. O, Se fueron mis poemas hacia un país de lirios. Enamorado de los sonetos alejandrinos, realizó variantes que dieron buenos resultados.

concentrado para polillas

Canciones para Emma Otro acontecimiento importante en la vida de Cáceres, que marcó su a veces melancólica poesía, fue haber visto rodar por un abismo, en La Línea, el carro donde viajaban su mujer y dos hijos, conducido por Alfonso Valencia Zapata. Sólo murió Emma, su primera cónyuge. De esta tragedia nació el libro Canciones para Emma. De este último, el poema Dimensión de la muerte: Todos vamos viajando hacía la muerte, nos evadimos entre espejos mudos, en frías acrobacias de campanas, en una ráfaga de candelabros sordos y azucenas incólumes. La soledad reciente En referencia a La soledad reciente, Lino Gil Jaramillo, sintetiza su apreciación: Tu libro es una esquela funeraria dulce y tierna, como esas representaciones de figuras humanas que en algunos monumentos conmemorativos inclinan la cabeza taciturna sobre el río callado de la muerte. Carlos Alberto Castrillón afirma: Cáceres es el más intimista de los poetas quindianos: La soledad, la nostalgia, la mujer, el silencio, la pasión, constituyen sus temáticas básicas. Recrea el amor desde una perspectiva de serenidad a duras penas contenida en Hélices de angustia; cuestiona el sentido de la vida y de la muerte en Canciones para Emma. Tus amigos, Julio Alfonso, escribieron artículos muy bellos sobre ti; los tengo a mi vista, perdóname no haber conocido tus versos y ensayos como ahora; es posible que entonces no estuviera preparado. Alguien decía: los poemas de Cáceres no eran para grandes salones. Quiero terminar estos párrafos conmemorativos recordando las palabras de Lino Gil, tu amigo, sobre tu obra literaria: Ánforas repletas de amorosas mieles, de amorosos jugos, de amorosas reminiscencias del libro de la horas y de los días. Son de igual modo, páginas para el recuerdo, los suspiros, las quejas y las lágrimas.

Número 2

Febrero 2011


Impresiones santo&seña, una publicación de

Editorial

Fundación CAPCA

JULIO ALFONSO CÁCERES: 30 AÑOS DE AUSENCIA

Editores

Cindy Cardona C. Ángel Castaño Guzmán Hugo Hernán Aparicio Diseño y diagramación Fundación CAPCA Impresión

Conceptos gráficos En foto de portada

Carlos Yepes Avivi fundacioncapca@gmail.com ISSN:

2027-6966

Número 2 Febrero de 2011

Contenido Ensayos de media luna. Paisajes en granos de

2 arroz. Los (H)usos del pasado. Caza de citas. Libelos y memorias, en la poética del imaginario. El país de Leopoldo Benites Vinueza. El grito de la ceiba es la memoria. Julio Alfonso Cáceres: 30 años de ausencia.

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a vitalidad de la cultura de cada región examinar su lozanía. La cultura es, entre suele medirse por la cantidad de libros muchas cosas, la construcción conjunta editados, número de asistentes a de un mundo simbólico habitable. Se conciertos o recitales, premios logrados y traduce a la vida cotidiana, al menos en un largo etcétera. Tal premisa parte de la mentalidades democráticas, en la perspectiva que iguala las manifestaciones consolidación de una ciudadanía libre de artísticas con ese concepto escurridizo y las ataduras de la ignorancia, la anfibio que es la cultura, cuya salud comercialización de la política, las preocupa a todos. El asunto alcanza ribetes siniestras jugarretas de la corrupción de comedia en labios de profetas de la administrativa y la hipnosis de la posmodernidad —sombra protectora para prosperidad impulsada por el turismo. El fenómenos hasta ayer irreconciliables—, nivel de desarrollo de un pueblo es defensores, por fidelidad a una tradición, de detectado con facilidad por su prácticas cuestionables. El debate participación responsable en la vida suscitado por la actuación de un popular pública. La palabra, antes que semilla de cantante vallenato, artistas, es lanza para la El nivel de desarrollo de un dinero entregado a un defensa de la dignidad pueblo es detectado con chiquillo, recompensa de humana y comunión con facilidad por su la naturaleza. su valentía para cantar, y participación responsable el posterior toque de sus en la vida pública.” Posdata: si bien la genitales, cumple a la metódica aplicación de perfección el papel de e s t r a t e g i a s catalizador de argumentos. La respuesta del juglar c o m u n i c a t i v a s d i r i g i d a s a l a costeño al ser interrogado sobre el hecho transformación del ciudadano en resume la naturaleza mutable de la idea: Lo consumidor ha creado los no lugares, hice porque esa es la cultura de mi tierra. Y sitios destinados para la compra y la no miente. Entonces, ¿el término reúne en exhibición, no es menos cierta la porfiada un solo costal al muralismo mexicano, las existencia de espacios reacios a la compras compulsivas de las niñas chic mercantilización de la vida. En Armenia, — c u l t u r a d e c o n s u m o — y l a s para mencionar un ejemplo, las manifestaciones de aprecio de varones actividades del Centro de Documentación e Investigación Musical de la Hoya del caribes? Quindío, han servido de antídoto contra la En vista del océano de visiones tejidas proliferación de templos de la vacuidad. alrededor de una realidad simple —vivida a En dos veladas, nutrido público asistió al diario—, pero de pasmosa complejidad lanzamiento de una cartilla infantil de —el embrollo es mayúsculo al darle una Gonzalo Osorio Toro y, el viernes definición—, contribuimos con el caos al siguiente, a un recital poético de Alfonso lanzar en esta tribuna una manera de Osorio Carvajal y Óscar Piedrahita G.

El libro se convierte, además, en ocasión para rememorar historias y costumbres locales, en la pluma de acuciosos reconstructores del pasado. Gustavo Páez Escobar Disponible en Calarcá: Papelería Skrybe y sede de Calarcá.net

Jorge Hernando Delgado Cáceres “Se van desdibujando los amigos. De cien que eran sólo quedan cuatro, incluyendo sus sombras. Hay que contar fantasmas en estos inventarios para no saber nunca cómo estamos de solos.” Julio Alfonso Cáceres.

1916; bachiller inconcluso del colegio de don Jesús Duque y don José María Ramírez. Ingresó al periodismo en 1933, a los 17 años, trabajando como jefe de redacción del semanario Transmisión, de Jesús López Dávila. En compañía del poeta Gilberto Agudelo fundó en 1937, en Manizales, el grupo Atalaya.

Uno de los escasos recuerdos de mi niñez es estar en medio de una multitud. La imagen se fijó con ayuda de comentarios familiares que evocaron por largo tiempo la coronación pública en Armenia de mi tío abuelo, Julio Alfonso Cáceres, en octubre de 1962. Hace poco supe quiénes presidieron el acto: Baudilio Montoya, Adel López Gómez y Jorge Zalamea. Llamó mi atención la noticia del Diario del Quindío del 25 de septiembre del mismo año, con el titular: Don Gonzalo Echeverri B. dona la corona para Julio Alfonso Cáceres. En la nota agradecían el obsequio, anunciaban que la corona fue elaborada por Joyería Roldan y se exhibiría el 1 de octubre en un local comercial de la ciudad.

Con Adel López Gómez, Luis Vidales, Humberto Jaramillo Ángel, Jesús Arango Cano, Euclides Jaramillo Arango, integra la nómina de escritores quindianos de proyección internacional. Sus colaboraciones en Gazeta de Limeira, del Brasil; Revista América, de La Habana; El Heraldo Salteño, de Uruguay; Cosmópolis, de Buenos Aires; El Comercio, de Quito y la Revista de la Universidad de Puebla, de México, eran permanentes. Fue miembro honorario del Comité Cultural Argentino, de Buenos Aires; de la Sociedad de Escritores Americanos, de La Habana y del grupo La Fragua, de México. En 1970 recibió en Calarcá la medalla Eduardo Arias Suárez.

Betty Cáceres, recuerda que su padre, Alfredo, le prestaba a Julio Alfonso los pantalones largos para salir de noche. También cuenta que lo visitó en Roldanillo, Valle del Cauca, en plena violencia de los años 50. Pocos días antes una cuadrilla de pájaros conocida como La pantera negra lo había secuestrado para llevarlo al Dovio y coronar allí a una de sus reinas. Terminaron los godos con Julio Alfonso, borrachos, echándole vivas al partido Liberal. Nunca A Julio Alfonso lo conocí cansado; acababa olvidó mi madre lo visto en el marco de la de ser padre de una niña: él, de 60 años y, para empeorar las plaza de Roldanillo: volquetas y zorras cargadas de cadáveres y cosas, casi ciego. Fui siempre muy directo con él; su poesía me trozos de cuerpos que traían del Dovio. parecía cursi. Le censuré eso de coronarse como los romanos, asistir casi como dama de honor a los desfiles y coronar reinas Una tarde hablamos de Stefan Zweig, escritor que influyó de belleza recitándoles poemas. Sonrió, agitó el bastón y profundamente en su generación; recordaba que Zweig en cambió de tema. Cuando terminó, le insistí. ¿Por eso los compañía de su esposa se suicidó, aunque por entonces se llamaron grecoquimbayas? Fue de izquierda pero los hechos habló de una siniestra maquinación nazista. Lo consideraba uno protagonizados por Stalin lo hicieron abandonar el partido de los maestros de la biografía. Me habló de su biblioteca traída comunista. No quería hablar del tema. desde Cali en tren, después de haber vivido allí 30 años; pensaba regalarla a su ciudad; inicialmente los periodistas le En 1952, Julio Alfonso coronó en La Plaza de Bolívar de hicieron un homenaje, pero las cosas no funcionaron. Meses Armenia a Baudilio Montoya; el ritual vanidoso desvela aquel después me enteré que había vuelto a utilizar el ferrocarril para momento socio-económico del territorio caldense, fortalecido retornar la biblioteca a Cali. Falleció a la edad de 63 años. La por el cultivo del café. El impacto social de tales acontecimientos biblioteca, finalmente, quedó en poder de la Universidad de era masivo. Las coronaciones de reinas por los poetas fueron Caldas. comunes en esa época. El mismo Gabo reconoció haber participado en banquetes semejantes. Ponerse la rama de olivo Con Vértebras, Cáceres inaugura el ensayo en el Quindío sobre la cabeza, en acto de coronación pública, no era propio Con Vértebras (1938), Panoramas del hombre y del estilo del Julio Alfonso que escribió en 1938 su primer libro, Vértebras, (1949) y Vaguedad de los días (1963), Julio Alfonso Cáceres se dedicado a Carlos Marx. perfila como pionero del ensayo en el Quindío, género poco estudiado en la región. Vértebras, promocionado en el periódico Periodismo y poesía El cincuentenario, con el siguiente eslogan: libro de siluetas Julio Alfonso Cáceres nació en Armenia el 20 de octubre de cortadas por la tijera de fuego de la revolución, es una de sus A mediados de los setenta tuve entre mis manos la joya; consistía en una rama de olivo en oro macizo; la sacamos de la vitrina donde se encontraba guardada junto a la colección de arenas de desiertos y pipas. Cada una tenía su propia historia, me comentó el poeta. Una de estas era de León de Greiff, amigo de tertulias y mujeres.

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Exlibris

Exlibris

EL GRITO DE LA CEIBA ES LA MEMORIA

ensayos de media luna

Daniel Moreno López LA CEIBA DE LA MEMORIA. Roberto Burgos Cantor. 2009. Seix Barral. 409 págs.

Novela

Rigoberto Gil Montoya ENSAYOS DE MEDIA LUNA. César Valencia Solanilla. 2010. Ediciones Sin Nombre. 131págs.

Un lector atento a los signos de la cultura podría pensar que el último libro de ensayos de César Valencia Solanilla fue producto de una estancia en los ámbitos áridos y desoladores de Pedro Páramo. Cuando hablamos de La Media Luna hablamos de una gran extensión de tierra. Abundio, el arriero que le indica al forastero una ruta para llegar a ninguna parte, se refiere a ella como un terrenal que comprende toda la tierra que se puede abarcar con la mirada. En ella se localiza Comala. Hasta allí llega Juan Preciado a buscar a su padre.

“¿Para qué amos? Si entender la vida propia requería el agotamiento de los años que a cada quien le corresponden con qué derecho disponía alguien de las vidas ajenas.” Roberto Burgos Cantor. Grito. Mi grito para responder a quienes llaman con mi nombre y me buscan. Mi grito para apaciguar el llanto de quienes no me encuentran. Grito. Los oigo y dicen: aquí está tu árbol tu río tu flor tu país tu sombra tu arma tu sueño tu princesa. Grito. Ahora mi tierra es la memoria (Burgos, 2009: 300). Grita Benkos Biohó, grita Analia Tu-Bari, personajes de la novela que recrea la Cartagena de inicios del siglo XVII; gritan despojados arrastrados, arrancados, sin raíces; gritan expatriados. Pero gritan en silencio. Las palabras no sólo designan arbitrariamente, las palabras están ancladas a la realidad, a su realidad: un lenguaje lejos de su raíz es ruido, una lengua inmovilizada por otra, por el hierro cruzado y por el látigo, es una lengua muerta.

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... dogmas y

totalitarismos

que hemos visto surgir en diferentes tiempos y tierras; se erigen y ponen sus muros entre

En esta novela la narración se supedita al ritmo de la imagen poética, la acción se demora o se desborda según lo exige la emoción de cada momento acariciado por las palabras que, medidas y justas, danzan y saltan sobre las normas de puntuación. Las palabras son la experiencia visible del lenguaje, el gran protagonista de esta novela fundamental. Cuando la escritura da cuenta del instante se produce la abolición del tiempo (Burgos, 2009: 84). En la polifonía encuentra Burgos Cantor la forma que se ajusta a la historia, a las imágenes, a las memorias que se reúnen en torno de una ceiba y se funden con ella para extender sus perplejidades más allá del mar y del río del tiempo. Dice Pablo Montoya sobre la obra: … es una pregunta constante sobre la alteridad. Pedro Claver, el santo, se pregunta qué puede hacer un soldado de Dios en un mundo de locura y pillaje. Alonso de Sandoval, el filósofo, se pregunta qué puede hacer un hombre de conocimiento en un mundo de expropiación y crueldad. Dominica de Orellana, la esposa del escribano, se pregunta qué puede hacer la esposa de un funcionario en un mundo construido sobre la humillación y el dolor. Benkos Biohó, el negro, se pregunta qué puede hacer un esclavo en un mundo inhumano y salvaje. Thomas Bledsoe, el escritor, se pregunta qué puede hacer la escritura en un mundo que olvida y se ahoga en la desmemoria.

los hombres.”

Daniel Moreno López Poeta bogotano radicado en Armenia, Quindío. Licenciado en Español y Literatura. Docente del Programa de Pedagogía Infantil, U.Q.

Preguntas y perplejidades levantadas por el horror de los tiempos, por la esclavitud, por el exterminio, por la persecución, por la dominación y el odio en nombre de la raza o la religión, dogmas y totalitarismos que hemos visto surgir en diferentes tiempos y tierras; se erigen y ponen sus muros entre los hombres. Y la respuesta elegida es distinta para cada quien: Pedro Claver se postra ante los heridos en charcos de pedazos de piel y sangre, decide no preguntar más frente al silencio de Dios, prefiere no correr el riesgo de contrariar la Voluntad, y servir; Alonso de Sandoval escribe y reflexiona; Dominica encuentra en el diálogo, la observación y la aceptación, el puente que le permite cruzar la extrañeza indomable de una ciudad nueva que se construye contra toda ética; Thomas Bledsoe, investigador testigo, narrador anónimo que visita los campos de concentración nazis encuentra, como el lector, que el horror, perpetrado y sufrido por cualquier persona, se repite y sigue vivo, nos hace cómplices; la tortura y la explotación actual, como la desmemoria, son un aguijón en la dignidad; la memoria está en la vida, y la vida en la memoria. Burgos-Cantor, Roberto. 2009. La ceiba de la memoria. 2ª edición. Seix Barral. 409 págs. Montoya, Pablo. 2009. Las voces de la esclavitud, reseña de La ceiba de la memoria. En: Revista Número (60):120-122.

Ensayo

Gracias a la literatura y a ese satélite que gravita en las coordenadas de la ensoñación, La Media Luna en que escribió parte de sus ensayos César Valencia es una tierra verde, generosa en sus frutos. Entre la ensoñación literaria, que hace posible convertir en realidad los lugares míticos y la posibilidad de pensar el mundo en su terrenal, surge Ensayos de La Media Luna, el nuevo libro de un lector formado y con una vasta experiencia académica. Un ensayista es un lector apasionado y obsesivo, capaz de sembrar en su receptor una emoción y de compartir con él la opinión personal que nace de la curiosidad intelectual, a propósito del recorrido por el Un ensayista es tema del ensayo, del que se ocupa en las primeras páginas este libro. Y si de curiosidad intelectual se 3 trata, es claro que la de Solanilla es muy amplia y aunque no traspasa los límites de lo literario, son un agudo lector muchas las preocupaciones en las que se detiene en ese campo, en ese terrenal que es su Media Luna que sospecha y a lo largo del tiempo. disfruta mientras lee. Sin perder el rigor académico y su atención a las fuentes, Valencia ensaya aquí un tono más familiar, y Pero desea por eso, si bien retorna a la poética de Rulfo, esta vez lo hace motivado por encontrar las relaciones entre la obra del artista y su vida personal. Saber que Susana San Juan pudo haber existido y que en compartir el ¡Diles que no me maten! puede haber claves autobiográficas, nos permite volver a la obra del jaliciense goce y propagar con otros ojos. Hay aquí una invitación a leer de otro modo aquellos autores a los que talvez hemos la sospecha.” leído de manera un tanto desprevenida. Por eso me parece un aporte que nos invite a leer el Diario de un escritor (1872-1881) y El idiota (1886) de Dostoievski, desde la recepción que el novelista ruso hiciera del Quijote. Aporte también, cuando profundiza en la obra de Augusto Monterroso para elevar a categoría de pensamiento contemporáneo, los microrrelatos irónicos del escritor guatemalteco. El aporte continúa en su estudio sobre la narrativa y ensayística de Germán Espinosa, a partir de relacionar su obra con la Historia como categoría problemática, cuando ésta se la vincula al carácter autónomo de la obra de ficción. Sus últimos breves acercamientos a los libros Heterodoxias de Julián Serna, Los ejércitos de Evelio Rosero y los poemarios Sonetos profanos de Héctor Escobar y Versos en claroscuro de Martha Cecilia Cedeño, prueban no sólo cómo son de amplias sus preocupaciones literarias, sino también su generosa disposición al hacer la recepción de obras que vincula, con sólidos presupuestos, a la tradición literaria del país.

Rigoberto Gil Montoya N ove l i s t a . D o c t o r e n Literatura de la UNAM y profesor titular de la UTP. Premio Departamental de Historia del Ministerio de Cultura y de ensayo Caldas 100 años.

Un ensayista es un agudo lector que sospecha y disfruta mientras lee. Pero desea compartir el goce y propagar la sospecha. Estas serían razones para recorrer, sin prisa, los terrenos de La Media Luna. Hay allí un diálogo, un rumor de voces, la disposición de alguien que mientras lee, piensa en los otros. Para César Valencia el ensayo es un ejercicio del pensamiento con que ayudamos, dice, a desbrozar los goznes flexibles y siempre difusos del aprendizaje del mundo, de las ciencias, del arte, del hombre. Hoy celebramos ese aprendizaje.


Exlibris

Exlibris

EL PAÍS DE LEOPOLDO BENITES VINUEZA

Paisajes en granos de arroz Ángel Castaño Guzmán

Hugo Hernán Aparicio

Cuento

ECUADOR: DRAMAY PARADOJA. Leopoldo BenitesVinueza. Fondo de Cultura Económica. 263 págs. 1950. Ensayo

En las conocidas Seis propuestas para el próximo milenio, ciclo de conferencias no llevado a cabo por la intempestiva muerte del discursante, Italo Calvino (1923-1985) lanza una serie de reflexiones sobre las armas que, en su opinión, deberá esgrimir la literatura frente a las transformaciones resultantes del vertiginoso avance de la ciencia y las telecomunicaciones. Las coordenadas del italiano sirven para el abordaje con éxito de la nueva compilación del cuentista súbito José Raúl Jaramillo Restrepo, La antesala del olvido (2010). La multiplicidad de lecturas y la exactitud en la construcción del edificio narrativo —justa dosis de elipsis e insinuación— siembran asombros en pupilas del lector. Cada texto —pocos de extensión superior a la página— es fruto de una astucia no exclusiva de miniaturistas ni poetas de tendencias orientales. Juan Villoro en estupenda columna sobre el posible montaje de una ópera basada en El dinosaurio —padrenuestro de fabulistas bonsáis—, menciona de pasada la ventaja argumental de la variación microscópica: En un buen cuento breve se logra una condensación de tal naturaleza que las exiguas palabras ocupan durante mucho rato la mente.

Sólo una fortuita circunstancia determinó la nominación: el haber dado el nombre de Ecuador a un departamento de la Gran Colombia en las leyes de división territorial de aquella unidad transitoria… Pero el país nació a la vida republicana con ese nombre que nada significaba en su vida histórica ni en su leyenda nacional.

LA ANTESALA DEL OLVIDO. José Raúl Jaramillo Restrepo. 2010. Tragaluz Editores. 102 págs.

La novela, escotillas y pasadizos, lentos movimientos de tropas, largos recorridos tras la pista de personajes, escenas hilvanadas con la destreza del fátum; el cuento, con énfasis el corto: asalto de un comando élite, parpadeo atómico digno del Enola Gay. En cada frase, José Raúl Jaramillo Restrepo —nacido en Armenia mientras las trompetas de la 2a. Guerra Mundial vomitaban fuego en Europa, pero desde 1965 radicado en Medellín— el pellejo se juega en lances al filo de la navaja; un todo o nada sin ambages y de pasmosa 4 peligrosidad. El resultado, narraciones sugerentes pero sentenciosas; no en vano los presocráticos —ancestros de escritores consagrados al laconismo— adoptaron la sentencia como formato de expresión.

..a la hora de la escogencia

Titulados con palabras a modo de postigos, algunos relatos del quindiano alcanzan momentos de del mejor epífano... me percepción, de revelación-epifanía, requisitos imprescindibles, según William Peden, de la inclino por un apunte microfantasía, nombre propuesto por Nelson Osorio Marín. Otros, no siempre se gana, zozobran en ingenioso atribuido a las aguas de la extrema concisión. Sugerencia, ejemplo del segundo corte, apenas llega a la categoría Borges.” de consejo o enseñanza. Por el contrario, Mirada sigue con precisión la estela de espuma dejada por el confortable yate de Arreola, Cortázar e Imbert. La comprobada buena fama de Jaramillo Restrepo como corrector ortográfico y de estilo brilla en la limpieza idiomática de un libro pulcro hasta en el reverso de las solapas. La antesala del olvido es, sin duda, junto a Crónicas quindianas, de Libaniel Marulanda, un sonoro mentís a la mediocre tradición editorial de la comarca. Las ilustraciones del caricaturista antioqueño Elkin Obregón —traductor de La república de los sueños, de Nélida Piñón—, condimentan la sobriedad argumental de un autor distante por igual de los espejismos del mundillo de las letras y de abstrusas teorías, campo de artificiosas novedades. En Textos breves (2001) —salvavidas ante traspiés en el ensayismo político—, trazó los desvelos de un cronista empecinado en el rescate de vocablos sepultados en el desuso. El extravío en los dédalos del poder de incendiarios ideólogos —los perfumados sobrevivientes del nadaísmo, domésticos coristas del jet set—, es motivo de escarnio en Anarcos, pieza incluida en la reciente edición. El más célebre de los aforistas, Georg Christoph Lichtenberg, científico aficionado, redactor de un modesto almanaque, joroba de caricatura, murió sin imaginar que el conjunto de frases escritas en cuadernillos amarillentos pasaría a la historia, elogiado con entusiasmo por Elías Canetti —llegó a llamarlo el libro más rico de la literatura universal—. La suerte, dama de refinados caprichos, marcó a Luis Vidales como impulsor de la minificción en Colombia. Nadie sabe cuál será el destino de las líneas arrancadas al silencio una vez arrojadas a la azarosa vida de los anaqueles. Me permito una confesión: a la hora de la escogencia del mejor epífano, denominación de Juan Carlos Botero, me inclino por un apunte ingenioso atribuido a Borges —caso omiso al malabarismo conceptual de Raúl Brasca—. La anécdota, contada, entre otros, por Jorge Luis Garcés, nace de un encuentro con Macedonio Fernández. No me acuerdo si nos suicidamos aquella noche, dijo el más británico de los argentinos calculando la dilatación del infinito con la ayuda de un nacarado bastón. Incluso, la historia del concurso de pintura de duraznos supera en calidad poética a las sobrevaloradas siete palabras del guatemalteco. La puntada final, a cargo del jorobado alemán, es reto para pugilistas de la fugacidad: De su mujer tuvo un hijo que algunos querían considerar apócrifo.

En el momento en que el mundo se hacía atlántico —saliendo de la era mediterránea de la cultura— el Ecuador, situado sobre el Pacífico, en el centro del continente demasiado vasto, quedó fuera de las corrientes de la civilización. L. B. V.

Además de goce literario, leer a Leopoldo Benites Vinueza (1905-1995), es valioso ejercicio intelectual. Una de sus obras más conocidas, Ecuador: drama y paradoja (Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Colección Media Luna), conduce a quien se interese por la historia del país homónimo de la línea equinoccial, a comprender sus factores determinantes, entre estos el perfil étnico social, condicionado en gran medida por la compleja geografía. La conquista y algo morosa colonización del territorio conocido hasta su independencia de España como Real Audiencia de Quito, anexa al Virreinato de la Nueva Granada, con rasgos y cronología particulares, produjo el mestizaje, igualmente diferenciado, que conformó una nacionalidad de paradojas vigentes. 9

Narra la llegada del europeo, de Poeta, narrador, ensayista y catedrático, Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Guayaquil, Doctor Honoris Causa de sus pasiones y codicias, el universidades norteamericanas, uruguayas y ecuatorianas, Benites Vinueza choque de dos mundos; la escribió una obra perdurable cuya vigencia confirman nuevas ediciones esclavitud importada de África realizadas para campañas nacionales de lectura. Relatos, artículos de prensa, y la manera como se conformó crítica literaria, y ensayo histórico fueron sus géneros. En esta última modalidad, la rica diversidad del dejó valiosas obras como la aquí reseñada, extensas notas para la inconclusa mestizaje...” biografía de Francisco Xavier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, figura histórica que captó su interés permanente, y un ensayo sobre Manuel Chusig, El zapador de la colonia. Noveló también las peripecias de Francisco de Orellana (Los argonautas de la selva) en su periplo amazónico, presumible, rica fuente documental, de inspiración para la trilogía de William Ospina (Ursúa, El país de la canela, y La serpiente sin ojos, aún inédita).

El concepto patria, invención de la modernidad, soporta hace décadas los embates del globalismo post. Un homenaje a tal referente supérstite es la apropiación consciente de valores comunes con quienes se comparten historia, mestizaje, ámbito espacial, cultura, ligados a aquella confusa amalgama entendida como espíritu nacional. Cosmopolitismo, globalidad, inducidos por nuevas directrices de pensamiento, desechan la pertenencia a lugares físicos o sociales, delimitados por fronteras de cualquier orden, para proclamar la ciudadanía universal. Benites Vinueza se valió de su deslumbrante capacidad descriptiva, del profundo conocimiento de la historia de su país, para componer una imagen dinámica de cuanto comprende y compromete ser ecuatoriano, buscando despertar, ahondar, en el alma de sus coterráneos, un sentimiento de excelsa pertenencia. Parte Benites de su trasunto del paisaje ecuatoriano, de la encrucijada geográfica donde se extiende, cruzada por la línea divisoria de los hemisferios terrestres, del duelo selva - montaña aquende el Pacífico, entre variedad de climas, con párrafos reveladores, guías del lector por litoral, sierra y oriente. Narra la llegada del europeo, de sus pasiones y codicias, el choque de dos mundos; la esclavitud importada de África y la manera como se conformó la rica diversidad del mestizaje, para penetrar luego en los laberintos de una historia como la de cualquiera de sus naciones hermanas, tras la desmembración de la Gran Colombia, surtida de vasallajes e insurgencias, de héroes y tiranos, de caudillos y gobernantes anodinos, de centralismo y regionalismo, bajo su personal interpretación.


Impresiones La obra teatral Libelos y Memorias, de Teatro Azul de Armenia, reseñada a continuación, fue escogida por el Ministerio de Cultura para ser estrenada en el Festival Internacional de Teatro de Manizales en representación de la zona centro-occidente, en la conmemoración del bicentenario del grito independentista. La importancia de esta elección escapa a nuestro precario medio intelectual, cruzado por resentimientos personales e institucionales. Santo&seña se congratula con los logros de todos nuestros actores y gestores; de manera especial con aquellos que hacen visible un trabajo continuado y la persistente búsqueda de excelencia. Teatro Azul, a través de su labor, se constituye hoy en patrimonio cultural de valor superlativo para Armenia y el Quindío.

LIBELOS Y MEMORIAS, EN LA POÉTICA DEL IMAGINARIO Roberto Restrepo Ramírez Para la antropología es importante el estudio del imaginario en las sociedades. Cuando se traslada a las esferas de la historiografía de los imaginarios, logramos una visión de la forma de vida de una comunidad. El año anterior, en Colombia, se habló bastante sobre la época de la independencia, lo que dio lugar a cantidad de eventos académicos y culturales, a lo largo y ancho del país. En esta dinámica, Armenia, como foco de creación, marcó la pauta en este desarrollo creativo, al generar la propuesta de Teatro Azul llamada Libelos y Memorias, presentada en Manizales en el marco del Festival Internacional de Teatro. 8

Al verla en mi ciudad, días después de su debut en Manizales, sentí de nuevo la nostalgia y la dicha de la buena dramaturgia. Primero, porque en Bogotá, en mi época de estudio universitario, era asiduo asistente al auditorio León de Greiff para acceder a conciertos y funciones de variadas características. Segundo, porque el público quindiano ha sido cautivado por una obra teatral, que a la vez representa la historia bicentenaria y, sobre todo, introduce al espectador en la poética del imaginario. El desarrollo de la obra permite al observador situarse en dos esferas: la de un protagonista más (pues también lo es en su condición de ciudadano que rememora la historia) y la de un espectador (que quiere aportar con su juicio a la crítica del pasado). Porque Libelos y Memorias nos introduce en el insoslayable compromiso de la apropiación social de nuestra historia y porque también nos cuestiona acerca de la subjetividad del ser (el mundo del imaginario) y la “objetividad” del relato histórico oficial (que podríamos ubicar en el tan nombrado mundo de lo real). La intención de la obra teatral nos recuerda que estamos cerca de considerar que lo imaginario es lo que tiende a volverse real, como afirma André Breton.

Roberto Restrepo Ramírez A n t ro p ó l o g o. D o c e n t e universitario. Miembro de la Academia de Historia del Quindío.

Libelos y Memorias no es sólo una obra para ver. Es también para entrever la realidad que se nos ha impuesto. Es descarnarnos con la condición de opresión y sufrimiento, como las expresiones faciales de sus jóvenes artistas; es entender que 200 años siguen siendo un peso de constante existencia y violencia sobre nuestra carne; que el grito también se nos contagia al impregnarnos de mensajes gestuales, sonoros y musicales; que el movimiento de sus protagonistas teatrales, es también el ritmo de nuestra vida cotidiana… En fin, 1 Libelos y Memorias recuerda, como escribe Jacques Le Goff (1978) , en alusión a la representación histórica, que lo imaginario nutre y hace actuar al hombre. Si somos consecuentes, Libelos y Memorias es una verídica lección de historia. 1

Citado por Escobar Villegas, Juan Camilo. 2000. Lo imaginario entre las ciencias sociales y la historia. Fondo Editorial Universidad EAFIT. Medellín. Pág. 78.

Día-logos

LOS (H)USOS DEL PASADO Hugo Hernán Aparicio CarlosYepes Avivi hace una pausa en la conversación. Escucha a quien le aborda de improviso en la terraza del Mall La Avenida de Armenia, lugar de encuentro para el reportaje, contiguo a su residencia, estudio, taller, despacho, cultivo de semillas para bisutería —todo en uno—, y al punto de venta de sus productos, próximo a la mesa que nos reúne. Con desparpajo, en voz alta, el joven recién llegado anuncia que en días siguientes elegirá entre los diseños precolombinos, estudiados y plasmados en objetos por nuestro interlocutor, para hacerse un tatuaje. Entre frases cordiales, algo elusivas, el espontáneo es atendido, obviando el efecto de su intromisión en la tertulia. No es extraño el capricho. Los primitivos pobladores de estos territorios conocieron técnicas de pigmentación subcutánea, aplicándolas con propósitos ceremoniales, de distinción social, u otros, con trazos sintéticos de figura y abstracción, asimilables a expresiones visuales contemporáneas. Múltiples y más convencionales, son en nuestro tiempo los usos del arte aborigen (referentes históricos: el antioqueño Pepe Mexía, quien entre 1935 y 1940 decoró vistosos conjuntos de baldosas y cerámicas con motivos precolombinos y Antonio Grass, autor de cuatro libros sobre el tema), deslumbrante para la sensibilidad de Yepes desde su infancia en Génova, Quindío, cuando un operario de maquinaria vial puso en sus manos piezas de alfarería obtenidas de las guacas: estampado de textiles, diseño gráfico, ilustraciones, documentales... Fascinado

y revistas nacionales en reseñas, crónicas, así como en trabajos fílmicos.

al observar y palpar útiles de rara belleza extraídos de la tierra, obras de culturas extintas, desconocidas, el niño fijó perdurable admiración por aquellas creaciones, marcando un campo de actividad y realización para el trascurso de su vida. Su anecdotario con los entierros indígenas, hallados por miles en la hoya del Río Quindío y su contorno cordillerano desde mediados del siglo XIX, con el universo de volúmenes, formas y relieves en objetos de uso doméstico o ritual, su encuentro con el intaglio, modalidad gráfica acromática de sutil tridimensión, medio elegido para reproducirlos en estricta fidelidad, y el éxito como artífice y marchand de sus propias obras, premios y distinciones incluidos, han sido divulgados por diarios

No es, sin embargo, este aspecto, motivo único para elegirlo, con intención alter nativa, como invitado en la sección Día-logos para la segunda entrega de santo&seña. Nos atrae el conjunto de rasgos, realizaciones, facetas, conocido por uno de los editores años antes, y percibido ahora como destacable por los demás: hombre de aristas, guaquero (expresión eufemística sería arqueólogo aficionado) de 5 particular perfil, artista exitoso, graduado en leyes; para mencionar lo esencial. Colombiano del común, estrato medio, formación académica, ejercicio profesional en su campo, estudioso apasionado del arte aborigen de la región donde nació y ha desempeñado sus quehaceres, artista plástico en respuesta al apremio de mostrar, de difundir la excelencia de ese universo creativo; actividades que a su vez le han permitido una vida personal y familiar en dignidad e independencia. Abordemos al personaje, mixtura de inmigraciones disímiles: caldense (antioqueña por extensión); su padre, miembro de una tradicional familia del gran Caldas; y árabe, por la vertiente materna. Avivi, resultado de la errada trascripción del apellido original, atr ibuible a quien elaboró los documentos en el puerto de desembarque, al arribo del abuelo. Huía, como millares de habitantes, de los convulsos Siria y Líbano, extremo oriental del Mediterráneo, consumada la desintegración del antiguo Imperio pasa a la pág. 6


viene de la pág. 5

Otomano, a inicios del siglo XX. Por razón no explicable, pero vinculada con la actividad comercial propia de su raza, recaló en la minúscula aldea cordillerana, Génova, entonces departamento de Caldas. Es patente el predominio de facciones moras, rostro afilado, cabello lacio, ojos de vivaz claridad, en su descendiente. Tesón laboral, persistencia en el logro de objetivos, calidez y desprevención en el trato, tendremos que atribuirlos tanto a la feliz mezcla genética como a la forja de su individualidad. Abogado por decisión pragmática, aunque su pasión fue y será la arqueología, atendió la litis y algún cargo público por breve lapso. A la guaquería, profesión reconocida en la comarca, gestora de la colonización, puesta luego en duda ética y en la actualidad acción punible en cuanto a tráfico de hallazgos, a partir de la vigencia de leyes 6 proteccionistas del patrimonio arqueológico, lo condujo el misterio de utensilios hallados por el operario de un bulldozer. No obstante, su afición y conocimiento se centraron en elementos dejados de lado por los prosaicos buscadores de metales preciosos o gemas, quienes tazaban los objetos por su peso transable en dinero, bien como material para refundir, o como piezas de colección. A Carlos Yepes, abstraído el valor de cambio de los objetos, le apasionan su estética, cromatismo, diseño y utilidad, técnicas de elaboración, los distintivos de identidad cultural, la relación con otros hallazgos, la cosmovisión de sus artífices, allí implícita. Estriba en ello la diferencia entre el predador, saqueador, de codicia elemental, y el apreciador sensible a otros parámetros de valor. Asume con plena consecuencia su denominación de guaquero; guaquero no vergonzante, orgulloso de su conocimiento y experiencia. Respetado por arqueólogos —a varios de ellos ha asesorado—, amigo

del equipo humano del Museo del Oro Quimbaya, ajeno a círculos artísticos o culturales, trabajador silencioso pero eficaz.

fase, ya meritoria por la minuciosidad de los levantamientos, no hacía presencia el numen, el talento. El paso siguiente, fortuito y afortunado, fue haber asistido a un taller de grabado, de intaglio, como La más común de las piezas de alfarería, una de las modalidades poco exploradas, a presente en la mayoría de tumbas, sobre excepción del renombrado Omar Rayo y todo femeninas, conecta al guaquero con algún otro cultor, en Colombia. el artista: los volantes de huso; instrumento para el hilado de fibras Fue el detonante de su creatividad. La vegetales, decorado con múltiples e leve superposición de planos, relieves, irrepetibles diseños en bajo relieve sobre ausente el color, sombras mínimas en su cara circular de tres o cuatro superficies de blanco impoluto sobre centímetros de diámetro. Por las manos, cartulinas italianas de algodón, resultado por la observación de Carlos Yepes, han del prensado mecánico, abrieron las pasado cientos de miles de estos, compuertas expresivas del artista semicónicos la mayoría, evidencia, expectante. Su identificación intuitiva primero de un poblamiento más denso con la técnica, el dominio de imágenes de del imaginado, durante siglos; luego, de arte precolombino, rédito de más de mil una abundante producción textil, objeto planillas milimétricas a tinta y plumilla, le de comercio, de trueque, con pueblos permitieron veloz avance y logros sucesivos, hasta obtener un “fuera de concurso” en el VI Salón Antonio Valencia del Instituto de Bellas Artes de la Universidad del Quindío. Su nombre, desconocido entonces en el medio cultural de la comarca por sustraerse del arte subvencionado con recursos públicos, práctica tradicional, resonó con fuerza. Convocado y elegido para la decoración con sus intaglios, de uno de los pisos en el Hotel Armenia Estelar; le otorgaron externos a la región. El Quindío, en todos los demás. Dos años de esfuerzo, de particular La Tebaida actual, fue el Coltejer exigencia con su propia capacidad, prehispánico, es una de sus afirmaciones rindieron frutos: entrevistas para medios reiteradas. Otra, referida a su lugar de de información, reportajes, reseñas, o r i g e n , b a s a d a e n e v i d e n c i a s documentales, ventas a coleccionistas… arqueológicas: en Génova confluyeron Un prestigioso editor, con producciones tres culturas: Pijaos, Quimbayas (nombre de calidad impecable y alcance genérico asignado a grupos dispersos, internacional, le ofreció realizar un libro entre ellos los Quindos), y Calimas. con el material acopiado durante años, contrastando imágenes originales y obras Conserva una colección de volantes, suyas. El proyecto se deshizo por la escogida con criterio de experto; entre e x i g e n c i a d e c e d e r t o d o s l o s estos, cientos de ejemplares que lo derechos,condición no aceptada por incitaron a reproducir, ampliados a escala, Yepes. en for ma manual, sobre papel milimetrado, sus diseños. Hasta aquella El intaglio marcó un ciclo importante en

su trayectoria vital. Sin embargo, salvo encargos ocasionales cumplidos sin premuras, su producción entró en receso. Hace siete años dio paso a otro proyecto, esta vez tridimensional. Durante lustros acarició la idea de reproducir, mediante procedimientos inspirados en los originales, miniaturas integradas a conjuntos ornamentales aborígenes, en oro o tumbaga (pectorales, pendientes, narigueras, etc.), para combinarlos con semillas y materiales similares. Artículos de adorno personal serían el producto final. Esta línea, cuyas materias primas son la plata y semillas cultivadas en el patio de la propiedad donde reside, tan

c a z a d e c i t a s

retributiva como la obra gráfica, es en el discontinuidad en investigaciones de momento su renglón productivo en campo, en divulgación del precario términos económicos. conocimiento acumulado. Quedan de nuestros diálogos con Carlos Yepes Avivi, gratas imágenes; también inquietantes reflexiones acerca del descuido estatal hacia la actividad arqueológica en sus diversos frentes. El relato de la irreparable pérdida que representó el saqueo de Malagana, cerca a Palmira, Valle del Cauca, el mayor yacimiento registrado en Colombia, por total ausencia de control policivo; los equívocos resultados de una legislación ambigua y sin capacidad instrumental, la

¿Qué esperar de un Estado que ignora y desprecia el patrimonio histórico anterior a la invasión europea? Con una fracción de lo erogado en conmemorar doscientos años del grito independentista criollo, con gestiones tan plausibles como la restitución del Tesoro Quimbaya, podríamos redimir del olvido a los originales habitantes de la región, y a los quindianos de hoy, de nuestra deplorable y caracterizada des-identidad.

“Cuando era niña creía en Dios. ¿Y qué pasó? Nada, ese era el problema. Dios no parecía interesarse mucho por mí, así que dejé de pensar en él. Ahora ni creo ni no creo, simplemente me ocupo de mis cosas yo sola.” Ray Loriga, novelista español.

“Si la historia es una pieza de teatro, hay que confesar que no tiene pies ni cabeza. El texto, corrompido por actores infieles, ha sido escrito por un loco cuyo perverso método de composición se reduce a esmaltar sus improvisaciones con crímenes e incoherencia.” Octavio Paz, poeta mexicano.

“Hacer Historia no consiste en contar los pequeños chismes de una clase social determinada sino de interpretar los factores que hicieron posible el chisme.” Adalberto Agudelo, novelista colombiano.

“A veces me pregunto por qué no sabemos interpretar la vida real con la misma nitidez, con la misma ecuanimidad que una película o una novela.Y pienso que más nos valiera intentar verla así siempre, como una representación ficticia, fiándonos sobre todo de nuestro instinto de espectadores o lectores que falla mucho menos que nuestro discernimiento de ciudadanos.” Javier Marías, escritor español.

“El inodoro de cuerda, más que cualquier otro invento, nos ha civilizado de una manera que ni la religión ni el derecho lograron jamás. Se acabó el oficio matinal de la bacinilla o la letrina que permitía que la vista, los sonidos y los olores nos recordaran que la carne es corruptible.” Thomas Lynch, poeta estadounidense.

“El turismo, nunca buscado con tanta energía como en las sociedades estáticas, suele consistir en el rico móvil realizando una visita torpe y ciega al pobre inerte.” Paul Theroux, novelista norteamericano. Contacto: 310-5159288

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