DIÁLOGO EN ROJO CON LA CONCIENCIA VERDE
Por MANUEL RIVERA
- Aquí estoy otra vez frente a ti, ahora en
Perdóname por lastimarte…
podrían hacerlo mis agudos pitones?
forma de recuerdos de emoción, admi-
También yo te he lastimado…
¿O quizá eres espurio dios con la so-
ración y miedo infinitos. Piensa de
Nunca lo has hecho, pues los golpes y
berbia suficiente para explicar las pre-
nuevo en mis grandes ojos color noble-
heridas que me has dado son sólo evi-
sencias que nutren y las ausencias que
za y fiereza, en el bufido que acompaña
dencias del cumplimiento de tu deber y
matan?
mi acometida a manera de grito de
de mi libre decisión para aceptar el
guerra, en los movimientos de mi cuer-
dolor más grande como el insignifican-
po provocados por la bravura que me
te precio que en ocasiones hay que
desborda y en las lecciones de vida que
pagar para gozar de la gloria infinita.
el juego de la esperanza, que aun sin
dad verde?
¿Y si ambos siguiéramos optando por
¿Estamos en paz?
sustento siempre trasfunde vida, hasta
reta tu corazón, para saber si en verdad
No, yo razono y tú únicamente actúas
en la antesala de la muerte?
por instinto.
conocer si la tienes y puedes entrar al Paraíso.
¿Y si como hombre refrendara ante tu
Crasa ignorancia la tuya, ¿pues no en-
divinidad encornada vestida con abrigo
tiendes que si estar frente a mí fuera un
negro, mi decisión de defender la di-
Bendito seas, majestuoso ser, que en la
acto de la razón, huirías aterrorizado?
versidad y libertad de pensamientos,
obediencia ciega a tus genes y fuerza
¿No comprendes que cuando nuestras
cuestionando las modas que pretenden
descomunal abates mi fantasías de
miradas se encuentran realmente a
“defenderte” con la ignorancia que
superioridad e inmortalidad, permitién-
quien estás buscando es a ti, en la sin-
amenaza tu desaparición para siempre
dome aceptar mi insignificancia y tem-
razón de la entrega como requisito de
y con la hipocresía como ingrediente
vida?
para comer la carne de animales cuya
Si bien sé no puedo paliar tu dolor en
vida adversa y sacrificio indignos son
de contrastes en la que durante cuatro
la plaza, conoces que hago todo lo po-
opuestos al tuyo, el del toro bravo?
años disfruto apaciblemente el campo y
sible para hacer de tu vida en la liber-
los últimos minutos de mi vida traslado
tad de la dehesa una radicalmente dis-
ritual, yo viviendo para morir y tú mu-
ese disfrute al ruedo, para seguir go-
tinta al de otros seres, cuyo sufrimiento
riendo para vivir. Nuestra simbiosis de
zando en la pelea fiera para la que na-
resulta mucho mayor, pero es ignorado
haceres y sentires bien nos permite
cí?
por la cobardía y los ojos cerrados de
entender esto.
poralidad.
¿Y si el rojo de mi vida fuera en reali-
te doy al hacer presente la muerte que estás vivo, y escudriña tu alma, para
¿Vas a escribir de mí, de mi existencia
Sigamos siendo oficiantes del mismo
quienes devoran animales con la tran
¿Gozando en una plaza de toros, con
quilidad de no verlos morir tras una
tus carnes abiertas?
existencia sin libertad y de tortura en la
tando el legado atávico de domeñar a la
En algunas ocasiones hemos comparti-
privacidad de una granja.
naturaleza, aunque en ello vaya mi
do muy cerca nuestro sufrimiento y bien sabes que para ambos el dolor, por
Adelante entonces, yo gallardo acep-
vida, y tú estoico acatando el mandato Pero, dime, ¿cómo pretendes escribir
de ésta, pese a que en ello también
absurdo que parezca para quienes no
sobre el ser del toro bravo y lo que ello
vaya tu existencia.
hayan paseado por el camino de la vida
significa? ¿Acaso te crees capaz de
tomados de la mano de la muerte, es
develar misterios tan enormes como el
sensación avasallada por nuestra deter-
de la mirada de una mujer que cala
minación de ser.
cuerpo, espíritu y tiempo, como no
22
Twitter: @400revista
www.revista400.info