Revista 400 Marzo 2015

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ESPECIES AMENAZADAS DE FAUNA Y FLORA SILVESTRES

Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Este acuerdo internacional, concertado entre los diferentes Estados, tiene por finalidad velar por que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para su supervivencia. El convenio CITES persigue que el comercio de especies salvajes se realice de manera sostenible con criterios científicos de forma que sea una fuente duradera de riqueza, estimada por todas las poblaciones locales y por los gobiernos respectivos. El comercio únicamente se prohíbe en casos límite de especies al borde de la extinción.

Contempla tres grados de protección para las especies de flora y fauna silvestres, el primero: Especies de comercio controlado siempre que procedan de un país determinado; Especies de comercio controlado con independencia del país de procedencia, sea firmante o no del convenio y Especies de comercio prohibido salvo determinadas excepciones, también con independencia del país de procedencia.

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Alrededor de unas 5.000 especies de animales y 30.000 especies de plantas están amparadas por la CITES contra la explotación excesiva debido al comercio internacional.

vación y para el desarrollo sostenible, también contribuirá a lograr la paz y la seguridad en regiones aquejadas de problemas donde estas actividades ilegales alimentan los conflictos.

Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, afirma que el comercio ilegal de fauna y flora silvestres se ha convertido en una sofisticada forma de delincuencia transnacional, comparable a otros perniciosos ejemplos como la trata de seres humanos y el tráfico de drogas, artículos falsificados y petróleo. Está impulsado por el aumento de la demanda y con frecuencia se ve facilitado por la corrupción y una gobernanza deficiente. Tenemos pruebas sólidas de que en él hay una participación creciente de redes de delincuencia organizada y grupos armados no estatales.

Tomar en serio los delitos contra la vida silvestre significa obtener el apoyo de todos los sectores de la sociedad que intervienen en la elaboración y el consumo de productos derivados de la fauna y flora silvestres, muy utilizados como medicinas, alimentos, material de construcción, mobiliario, cosméticos, prendas de vestir y accesorios. Las actividades de aplicación de la ley deben ir acompañadas del apoyo de la comunidad en sentido amplio.

El comercio ilegal de fauna y flora silvestres socava el estado de derecho y representa una amenaza para la seguridad nacional; degrada los ecosistemas y constituye un obstáculo importante para los esfuerzos de las comunidades rurales y los pueblos indígenas que luchan por gestionar de manera sostenible sus recursos naturales. Combatir estos delitos no solo es esencial para la labor de conser-

Twitter: @400revista

Las empresas y la población de todos los países pueden desempeñar una función importante, por ejemplo, negándose a comprar o a subastar marfil o cuernos de rinoceronte ilegales, e insistiendo en que los productos de los océanos y selvas tropicales del mundo tengan un origen legal y se hayan obtenido de forma sostenible.

Contáctenos por email: editorial@lazoazul.org


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